Lamentablemente, la costumbre de llevar a los niños a que reciban todos los esquemas de vacunas se desvanece a medida que van creciendo. Transcurrido el primer año de vida, disminuyen las visitas al médico y en preescolar desaparecen. Esto hace que el esquema principal sí se coloque, pero no el de los refuerzos.

Las madres deben saber que si el niño no se vacuna, tiene susceptibilidad a una gran variedad de enfermedades que son prevenibles. Por ejemplo, si no es vacunado contra el rotavirus al segundo mes de recibir la primera vacuna y luego al cuarto, podría contraer diarrea a causa del virus. Otras enfermedades complicadas, pero prevenibles, son el sarampión y la tosferina.

Aquellos niños o adolescentes que han crecido sin cumplir el esquema completo de inmunización, deben recibir el esquema de captura. Consiste en colocar todas las vacunas posibles en una sola oportunidad, cosa que no quiere decir que el paciente contraiga efectos secundarios. Se implementa una vez que el niño llega a los 8 o 9 años de edad, o si regresa al médico después de que transcurra ese lapso de tiempo desde su primera vacuna.

A los adolescentes que vayan a recibir el esquema de captura, se les ha de decir que se les va a colocar 5 o hasta 6 vacunas de una vez, ya que se ausentaron anteriormente y probablemente lo hagan de nuevo.

Muchas veces los niños son llevados a una consulta médica en la que no son vacunados, cuando deberían serlo. Estas situaciones son llamadas “oportunidades perdidas” y en Venezuela llegan a comprender un 52% de los pacientes pediátricos.

Si no has vacunado a tu hijo, todavía puedes hacerlo, acude al centro de vacunación más cercano a tu hogar para que le cumplan su respectiva dosis de inmunización.