La Enfermedad Trofoblástica Gestacional, (ETG), es una enfermedad poco frecuente, debida a una proliferación anormal del tejido trofoblástico que da origen a la placenta y, en consecuencia, se produce una alteración en el desarrollo del embarazo. Este tejido exagera su crecimiento y funcionalidad, generando placentas anormales, cuyas formas han sido comparada a “racimos de uva” y, en muchas ocasiones, en ausencia del embrión o bebé. Esta enfermedad se denomina Embarazo Molar.

La hormona gonadotropina coriónica, (hCG), es producida por el tejido trofoblástico y se detecta en sangre y orina materna durante el embarazo. Si existe una proliferación anormal debido a esta enfermedad, puede presentarse una exageración de los síntomas del embarazo como: nauseas, vómitos, aumento del tamaño del útero en relación a lo esperado para las semanas de embarazo, incremento de la presión arterial de manera precoz, taquicardia y ser causa de sangrado en la primera mitad de la gestación.

La ETG puede presentarse de forma benigna como los embarazos molares (mola hidatidiforme parcial o mola hidatidiforme completa) pero, también, como una enfermedad maligna conocida como Neoplasia Trofoblástica Gestacional (NTG). En esta última, el coriocarcinoma es uno de los cánceres más agresivos, que puede comprometer la vida de la paciente si el diagnóstico es realizado tardíamente y no recibe el tratamiento adecuado.

Mortalidad materna y la ETG

La ETG puede ser una causa directa de mortalidad materna, en el caso de los embarazos molares, debido a hemorragias en la mitad del embarazo, hipertensión arterial y problemas respiratorios por desprendimiento de cúmulos de tejido molar hacia los pulmones. Si evoluciona hacia la forma maligna, esta enfermedad se disemina rápidamente por vía sanguínea a los pulmones, cerebro e hígado con consecuencias mortales. Afortunadamente, estos tipos de tumores responden muy bien a la quimioterapia y es uno de los cánceres curables en aproximadamente 90% de los casos cuando es diagnosticado y tratado a tiempo, incluso la mujer podría intentar un nuevo embarazo.

La incidencia de la ETG en Venezuela es baja, aproximadamente de 1 caso de embarazo molar por cada 1.000 embarazos y del 5 al 20% de los embarazos molares puede desarrollar la forma maligna. Esta enfermedad también puede aparecer después de la terminación de un embarazo normal, aborto o embarazo ectópico, lo que representa una dificultad para el diagnóstico precoz, debido a que los síntomas de la paciente o que el médico pueden reconocer son inespecíficos. La incidencia es muy baja: 1 caso por 10.000 embarazos.