¿Se abusa de la cesárea?Dra. Itic ZighePara contestar esta interrogante debemos señalar que esta operación sistematizada, requiere habilidades quirúrgicas indispensables y debe ser realizada por especialistas en gineco-obstetricia. Su frecuencia se ha incrementado de forma injustificada tanto en Venezuela como en otros países. Puede ocasionar una morbilidad y mortalidad materna 3 a 6 veces mayor que el parto vaginal, y una afectación fetal de 3,12% por una mayor incidencia de prematurez, trastornos respiratorios de leves a severos, falla en la regulación térmica, hipertensión pulmonar persistente y trastornos de la respuesta inmunológica. Señalamos en 2007 que en cuatros instituciones privadas de Caracas con gran volumen de pacientes, la frecuencia de cesárea oscilaba entre 65,3% al 82,4%, y de estas las electivas o programadas variaban entre 67% y 90%. En igual número de instituciones públicas, con decencia universitaria, las cifras de la operación oscilaron entre 26% y 39,8%, de las cuales las electivas eran 9% y las de emergencia 91%. En ambos casos se supera el 20% sugerido por la Organización Mundial de la Salud, lo cual indica claramente una discrepancia de criterios para realizar la cesárea, que clama por una concienzuda reevaluación de sus indicaciones. Las causas de la intervención en instituciones privadas son principalmente cesárea anterior, desproporción céfalo-pélvica (DFP), gestantes tardías, embarazo producto de fertilidad asistida, presentación pelviana y solicitud de la paciente. En los hospitales públicos las más comunes fueron: cesárea anterior, DFP, presentación pelviana, bienestar fetal comprometido, cuello uterino no apto para parto, restricción del crecimiento intrauterino, oligohidramnios, anticoncepción quirúrgica femenina voluntaria (AQFV), gemelar y placenta baja. La mayoría de las cesáreas en naciones desarrolladas (64,3%) son por emergencia. La posible explicación de lo que acontece en el sector público es que el médico está sujeto a normas institucionales, a la supervisión de especialistas con mayor experiencia, no hay responsabilidad directa, los familiares no influyen en la decisión que se toma, no hay incentivos económicos ni la limitación horaria porque la atención no es personalizada. En la práctica privada además del temor a la demanda por mala praxis, hay la presión de la paciente, los familiares, solicitud de cesárea por la gestante, entre otros factores. Los antecedentes de fertilización asistida, los embarazos gemelares y las presentaciones pelvianas son indicaciones discutibles de cesárea; la cura operatoria de prolapso es una indicación de la mi?sma, no así los trastornos del piso pelviano. A esto hay que añadir que el uso frecuente de procedimientos como ecosonograma 3D, eco Doppler y monitoreo electrónico continuo, que hacen sospechar patologías que ameritan la interrupción inmediata, pueden no señalar un diagnóstico acertado; además muchas cesáreas se realizan cuando la paciente solicita anticoncepción definitiva, ya que los seguros no cubren esta intervención. La operación por cesárea previa, puede y debe reducirse mediante el empleo juicioso de la prueba de trabajo de parto, en casos donde no persista la causa. Algunos países han logrado su reducción entre el 47% y 73,6%. Finalmente compartimos los criterios de que la frecuencia de la cesárea, casi endémica, se puede y debe disminuir mediante la educación y motivación de las pacientes para el parto vaginal, y la revisión periódica y sistemática de todos los casos operados. La información ofrecida en esta sección no sustituye a la consulta con un especialista, ya que de acuerdo con las características particulares de cada individuo, se le podría indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.
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