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Lactancia Materna

Dra. Jacqueline Panvini


  • * La leche humana es el alimento que inmuniza al recién nacido.
  • * Durante los primeros seis meses de vida el niño debe tomar únicamente leche materna.
  • * A partir de los seis meses se introducen alimentos sólidos para complementar la lactancia materna hasta los 2 años.

La leche humana contiene los nutrientes adecuados como lo son las proteínas, grasas, azúcares, vitaminas y minerales para la alimentación del niño. Es un producto natural de fácil digestión, que no tiene costos, está siempre disponible y va directo al consumidor, al contrario de las fórmulas infantiles. Así mismo, tiene los componentes inmunológicos para que la madre cuando amamanta, le transmita las defensas a su recién nacido, contra las enfermedades que ella ha padecido. Es un líquido vivo, que se va adaptando a los requerimientos del niño en la medida que éste crece y se desarrolla. La lactancia refuerza el lazo entre la madre y el hijo y promueve un contacto afectivo insustituible. La lactancia materna es un recurso natural renovable.


Las madres pueden comenzar a amamantar en la sala de parto, si es posible en la primera media hora del recién nacido, inclusive antes de haber expulsado la placenta, si no existe ninguna complicación o contraindicación médica, según recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). La leche se produce una vez que el niño succiona, por el estímulo a los receptores sensoriales de la areola y la acción de las hormonas prolactina y oxitocina. El niño debe recibir leche materna exclusivamente durante los primeros seis meses y a partir de esta fecha, se introducen alimentos sólidos que complementan la lactancia materna hasta los dos años de vida.


Los beneficios para el niño que recibe lactancia materna exclusiva durante los seis primeros meses, incluyen: la disminución del riesgo de contraer diarreas o infecciones respiratorias, la malnutrición, las alergias y además está relacionada con la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles en la edad adulta como la diabetes y las enfermedades del corazón.


Las mujeres obtienen beneficios cuando amamantan exclusivamente, como la disminución del sangrado después del parto, la recuperación gradual del peso previo al embarazo, el efecto de supresión temporal de la ovulación y por consiguiente el espaciamiento natural entre embarazos y la menor incidencia de cáncer de mama.


También las familias y la sociedad disfrutan de los beneficios de la lactancia materna, cuando no se presentan los desequilibrios en el hogar, producidos por la aparición de alguna enfermedad en el niño, la ausencia al trabajo de los padres o tener que correr con los costos de hospitalizaciones o compras de fórmulas infantiles.


Para llevar a cabo una buena técnica de amamantamiento, la madre y el hijo deben estar en la posición más cómoda para ellos. El bebé debe estar de frente a su madre, “barriga con barriga”, la cara mirando al pecho y la boca bien abierta para agarrar la areola y no sólo el pezón. Al bebé se le induce a abrir bien la boca y se le coloca de manera tal que el mentón también esté en contacto con la mama. Así puede succionar vigorosamente mientras la madre lo acaricia y le canta o le habla.


Es conveniente que el ambiente sea agradable y tranquilo, no es necesario llevar controles en el tiempo de las mamadas ni en los periodos entre ellas, lo que se denomina “lactancia a libre demanda” y se recomienda mantener el alojamiento conjunto para favorecer el proceso de la lactancia.


La leche materna se produce a medida que el niño mama. Ese es el estímulo para la producción: la succión. Una mujer puede producir entre 600 a 1.200 ml de leche al día y es suficiente para que el niño aumente entre 20 a 30 gramos diarios durante el primer mes. Algunos indicadores de que un bebé toma suficiente leche, además del incremento del peso, es que luce satisfecho y sano, duerme después de comer y la madre siente como succiona la areola y descarga el pecho, sin molestias.


La composición de la leche varía según la edad del niño en función de cubrir sus necesidades de crecimiento, a tal efecto, el agua, los azúcares y las grasas aumentan en cantidad y baja un poco la concentración de proteínas. Así, se produce el calostro durante las dos primeras semanas, la leche de transición en la tercera semana y la leche madura al mes. Por lo tanto, es importante asegurar una hidratación suficiente y una alimentación balanceada a la madre durante la lactancia.


Se puede presentar alguna situación especial cuando a la madre no le es posible amamantar a su hijo, ella puede extraerse y guardar la leche. Puede ocurrir que la mujer se enferme o que el bebé sea prematuro y no succione fuerte o que la mujer deba ir a trabajar. Por estas y otras razones, la madre puede crear un banco de leche en su casa. La leche humana puede permanecer entre 2 a 4 horas a temperatura ambiente. Si se refrigera se conserva unos 2 a 4 días. Si se congela puede durar unos 2 meses o más. Los elementos inmunes disminuyen en cantidad y acción en la medida que la leche tiene más tiempo, pero los elementos nutritivos se conservan. Se enseña a las madres o cuidadores del bebé a suministrar la leche humana con un vaso y una cuchara, para evitar la introducción del tetero.


Los pechos congestionados, los pezones adoloridos o agrietados y las mastitis pueden prevenirse con una técnica de amamantamiento adecuada y con la extracción manual de la leche para aliviar el dolor. En los casos en que se presenten, se recomienda consultar al médico o enfermera para resolverlos.


También en situaciones de niños que rechacen el pecho o que impresionan quedar con hambre, gemelos, niños prematuros, de bajo peso al nacer, o con alguna enfermedad, es preferible considerar la asistencia del profesional de la salud especializado para proseguir con la lactancia en las mejores condiciones para el niño y sus padres.


La información ofrecida en esta sección no sustituye a la consulta con un especialista, ya que de acuerdo con las características particulares de cada individuo, se le podría indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.

  • Dra. Jacquelin Panvini Por: Dra. Jacquelin Panvini
    Especialista en Pediatría en el Hospital de Niños J. M. de los Ríos. Consultor de lactancia materna de la UNICEF / OMS / OPS. Miembro de la Sociedad Venezolana de Pediatría.
  • Publicado: 2021-08-01
  • Fuente: Dra. Jacqueline Panvini

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