El resfriado común es la infección más frecuente en pediatría y es producido por una gran cantidad de agentes virales, más de 200. Tiene la característica de ser repetitivo, sobre todo en los niños pequeños, durante la lactancia y la edad preescolar, cuando asisten a las guarderías e instituciones educativas donde se relacionan con otros niños. De esta manera un niño en los tres primeros años de su vida puede sufrir entre 7 y 14 episodios catarrales al año, lo cual se considera completamente normal y no significa que tenga algún déficit en sus defensas, por lo tanto no es necesario hacer estudios o exámenes especiales.

Síntomas

Los síntomas de inicio son fiebre moderada y malestar general, luego aparecen congestión nasal, estornudos y secreción nasal que al principio es cristalina, luego se torna de color gris y posteriormente verdosa; esto último no indica necesariamente que el niño tenga una infección bacteriana asociada. En esta etapa, el cuadro clínico se acompaña de tos, que primero es seca y luego se hace productiva, con abundante secreción mucosa respiratoria. Estos síntomas son molestos en el niño y pueden producir disminución del apetito y alteraciones del sueño que desaparecen con su recuperación.

Al tratarse de un cuadro viral, el mismo es autolimitado y la mejoría se comienza a observar entre 5 y 7 días. En algunos casos se pueden complicar con infecciones secundarias de los oidos, de los senos paranasales (sinusitis), laringotraqueítis, o menos común las neumonías. En los niños asmáticos, en el transcurso del resfriado común, pudieran presentar una crisis de asma que generalmente es desencadenada por el mismo virus que está produciendo el resfriado.

Signos de alarma

La mayoría de los resfriados comunes evolucionan sin estas complicaciones, sin embargo la madre debe estar preparada para identificar los signos de alarma como son: reaparición de la fiebre, irritabilidad o llanto continuo que sugiera dolor, secreción por uno o ambos oídos, dificultad para respirar y para alimentarse. En estas condiciones el niño debe ser evaluado por el médico.

Qué hacer

El tratamiento del resfriado común está orientado a mejorar los síntomas, no hay un tratamiento para curarlo ya que se trata de cuadros virales y se autolimitan.

La fiebre puede ser tratada con los medios físicos, como son baños de agua a 37°C, y antipiréticos tipo acetaminofén. La secreción del moco en la nariz debe ser limpiada con solución fisiológica antes de que el niño coma, para que la obstrucción nasal no impida su alimentación y también antes de acostarse. La tos es un mecanismo de defensa del organismo para expulsar las secreciones que se producen en las vías respiratorias altas, como consecuencia del resfriado y por lo tanto no debe ser disminuida; los antitusivos y expectorantes no están indicados en el niño, sólo se receta aumentar la ingesta de líquidos para fluidificar las secreciones.

Los antibióticos no son indicados ya que los resfriados no son producidos por bacterias que es donde un antibiótico pudiera ser útil. Si el cuadro se complica y requiere un antibiótico, el mismo debe ser indicado exclusivamente por el médico una vez que haga el diagnóstico.

Prevención

La trasmisión del resfriado común es de persona a persona y por lo tanto ante la presencia del mismo, debe evitarse el contacto con otros niños. En estos casos se recomienda quedarse en casa, sin ir al colegio los primeros días, que es cuando ocurre el contagio.

La información ofrecida en esta sección no sustituye a la consulta con un especialista, ya que de acuerdo con las características particulares de cada individuo, se le podría indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.