Durante esta etapa prenatal la normalidad se puede ver alterada debido a afecciones como: hipertensión asociada al embarazo, amenaza de parto prematuro, enfermedades hemorrágicas del tercer trimestre, infecciones urinarias y ruptura temprana de membrana. Este es el principal motivo por el cual la mujer embarazada debe acudir al control prenatal. El feto debe nacer después de las 37 semanas de gestación, antes de ese período, es prematuro.

Cuando la membrana se rompe y el líquido amniótico sale, antes de la semana 37, se pueden generar serios problemas como las infecciones vaginales que, a su vez, invaden al feto, quien podría presentar problemas respiratorios, metabólicos, neurológicos, e inmunológicos, al no estar preparado para la vida fuera del útero. Esto puede traer consecuencias como la muerte o lesiones a largo plazo, como el asma o el retardo.

Por otra parte, enfermedades hemorrágicas del tercer trimestre conllevan a la placenta previa y a su desprendimiento prematuro, cuyos síntomas implican sangrado y altas posibilidades de un parto antes de tiempo.

Del mismo modo, los cambios que experimenta el aparato urinario durante el embarazo, son una condición en la cual son frecuentes las infecciones. El desarrollo de bacterias puede afectar al punto de desarrollar una pielonefritis, es decir, la inflamación de los riñones por infección bacteriana, que se manifiesta con fiebre, escalofríos, malestar general y amenaza de parto prematuro.

También puede ocurrir que la implantación del feto en el útero genere cambios en el aparato cardiovascular de la madre. Pueden generarse episodios de hipertensión cuando no ocurre la vasodilatación o expansión de los vasos sanguíneos. La embarazada se edematiza, es decir, se inflama y pierde albúmina (proteína) por la orina, por lo que puede convulsionar o entrar en coma. Este problema es causa de muerte materna y/o fetal. Vale señalar que la tensión normal durante el embarazo debe ser de 110/70 mmHg.

Otras afecciones como la toxoplasmosis, la rubeola, el citomegalovirus y el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), también pueden afectar gravemente al feto (aun siendo asintomáticos para la madre) y causar lesiones, desde oftalmológicas hasta neurológicas.